6 señales para saber si estoy saturada mentalmente y qué hacer al respecto

A veces parece que la vida va muy deprisa y entramos en esa espiral de la cual luego es difícil salir.

Parece que siempre hay mucho por hacer, que todo depende de nosotras, que no podemos parar porque sino todo se cae pero no es así o debería ser de esa manera.

¿No crees que quizá has aceptado mucha más carga de la que verdaderamente puedes gestionar?

A veces es así y no nos damos cuenta hasta que explotamos, para evitar esto, lo que hago es analizar honestamente estas 6 señales para saber si estoy saturada mentalmente y las comparto contigo para que puedas hacer lo mismo.

Al final, te dejo algunas recomendaciones para trabajar en esto.

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1. Reacciones desproporcionadas

¿Te ha pasado que alguien te hace una observación y reaccionas de una forma grosera que hasta puede empezar un conflicto innecesario?

¿O te ha pasado que cometes un pequeño error y de pronto te entran unas ganas enormes de llorar o te da una rabia descontrolada?

Esto sucede cuando hemos rebasado el vaso, por eso es una de las señales o síntomas del cansancio mental que son más obvios y a los que todos somos propensos.

Esto es algo que puede afectar nuestras relaciones interpersonales, profesionales y nuestra vida en general.

Quizá no le prestes atención la primera vez que pasa, quizá la próxima vez lo justificas, pero estos comportamientos no son sostenibles en el tiempo y estoy segura que lo que sientes es como si alguien más se apoderara de ti y reaccionara de esta manera.

Y es que no eres tú, es el agotamiento mental hablando por ti.

Es algo que puede suceder alguna que otra vez, no lo niego, pero pasa a ser una señal de atención cuando se hace muy frecuente y cada vez va aumentando su intensidad.

Cuando tu mente está saturada, agobiada y cansada, pierde momentáneamente la capacidad de discernir la gravedad de cada situación.

Es por eso, que convierte una situación insignificante en un ataque o en una alarma y te hace reaccionar de una manera desproporcionada.

2. Disminución de calidad de sueño

Una de las consecuencias más implacables que trae consigo el cansancio mental y emocional es la disminución importante de la calidad del sueño.

Esta señal de agotamiento mental se puede presentar en diferentes formas.

Puede que te acuestes en la cama y te duermas automáticamente, como si te pasaran un switch.

Puede que pases mucho tiempo intentando quedarte dormida y que tu cerebro, por el contrario, pareciera que no se apaga.

Puedes sentir como si todavía tuvieras mucha energía retenida.

Sin embargo, en ambos casos te levantas y dices el típico “dormí pero no descansé”.

Y es que tu mente no paró.

Cuando estás agotada mentalmente es muy difícil que haya una liberación de toda la tensión del día y el cerebro nunca termina por sentirse “en paz”, por decirlo de alguna manera.

Y con esto, no terminas de recargar la energía que necesitas para enfrentar el día siguiente y esto se acumula y se acumula y se acumula, una y otra vez, hasta que decides hacer algo al respecto.

Concretamente sobre esta consecuencia del cansancio mental, tengo un artículo completo donde comparto contigo 4 consejos que te ayudan a dormir mejor.

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3. Enfermar frecuentemente y con facilidad

Lamentablemente hay una temporada donde no solo nos sentimos bajos de energía sino que no salimos de un malestar cuando ya estamos entrando en otro.

  • Congestión.

  • Debilidad.

  • Gripe.

  • Dolor de cabeza.

  • Malestar estomacal.

En fin, estas son algunas de las dolencias y molestias que podemos experimentar en este periodo en el que nuestro sistema inmune está debilitado.

Por lo general, este suele ser un síntoma de fatiga mental porque de alguna forma tu cuerpo empieza a buscar la manera de liberar está tensión y esa presión que te está consumiendo por dentro.

Es importante que trabajemos día a día, al menos con acciones pequeñas, para que las áreas de nuestra vida se encuentren más equilibradas entre ellas y de esa forma podamos tener tranquilidad.

Con esto me refiero a escucha a tu cuerpo, escucha lo que te quiere decir, las señales que te da, acude al médico, házte chequeos y trata de, en la medida de lo posible, dar los parones que necesites para descansar y cuidar de él.

No se puede forzar el cuerpo y la mente a que continúen en velocidad máxima cuando te están mostrando señales de agotamiento y estrés.

Priorizar tu salud es priorizarse a ti misma.

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4. Falta de interacción social

Este es uno de los síntomas de la fatiga mental que más desapercibido puede pasar, sobre todo para personas que disfrutan estar solos y tienen poca interacción social, porque lo ven como algo normal.

Y sí, es normal que disfrutemos estar en casa, pero todos tenemos amigos, familia o personas con las que normalmente compartimos aunque sea una vez al mes.

El agotamiento mental nos hace querer evadir el contacto social al mínimo porque sentimos que nos agota aún más o porque sentimos que no tenemos tiempo porque tenemos miles de cosas pendientes.

¿Cómo saber si estoy saturado mentalmente o que simplemente no quiero ver a mis amigos esta semana y ya?

Pues, la diferencia está en que tu única satisfacción viene de hacer scroll una y otra vez en el teléfono y dormir.

  • Ese café y esa conversación con tu amiga que tanto disfrutabas de repente ya no te provoca.

  • No respondes a los mensajes de tus amigos.

  • Las conversaciones con tu pareja o con tu familia se limitan a monosílabos o son muy cortas.

  • Ni siquiera haces una actividad a solas que disfrutes, como leer un libro, dibujar, tejer, lo que sea que antes te gustaba hacer y que necesite concentración y tiempo de tu parte.

Las interacciones sociales son necesarias, esas conversaciones profundas, esas risas con amigas y amigos, ese café o comida que compartes con otros, esa actividad con la que liberas endorfinas, todas esas cosas son las que van a llenarte de energía.

No tienen que ser demasiado prolongadas o frecuentes, pero sí es importante que tengan un espacio en tu vida porque, de lo contrario, tu vida se estaría limitando solamente a la vida laboral o a la rutina del día a día que te está llevando a esa saturación mental.  

Todo se trata de balance, en la medida de lo posible. 

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5. Lista de tareas interminable

Esta es causa y efecto, todo al mismo tiempo.

Y es que una lista de tareas interminable nos ocasiona fatiga mental pero también es consecuencia de ella.

¿A qué me refiero?

Una lista interminable de objetivos y cosas por hacer nos hace procrastinar, hace que la mente se sobrecargue de información, que no sepamos ni por dónde empezar y que hasta se nos olviden algunas de ellas.

Pero, además, la saturación mental nos hace agregar más y más actividades y tareas a esta lista que ya es larga de por sí porque seguimos cargándola de más cosas, otras se van retrasando y el resultado es caos.

Yo sé que soy particularmente insistente con el tema de las listas pero es que el poder que tiene una lista corta, con deadlines y objetivos posibles es muy potente.

Te recomiendo aplicar el método SMART, del que te hablo en este artículo.

Tu mente saturada termina por explotar con la carga de información y responsabilidades que no es realista.

Lo ideal para tu lista de pendientes es lo siguiente:

  1. Hazla por día.

  2. Concéntrate en lo que vas a poder a hacer en función al tiempo y la energía que dispones ese día.

  3. Desmenuza una actividad grande para que puedas dar pasos pequeños cada día y así avanzar.

  4. Prioriza en función a la urgencia e importancia. Sé sincera con esto. No todas pueden tener la misma urgencia e importancia.

  5. Empieza con las más grandes y sigue con lo que más disfrutes o sea menos pesado.

  6. No pongas más de cinco cosas en tu lista.

6. Estar obsesionado con la perfección y control

Claro que todos queremos que las cosas salgan lo mejor posible.

Sin embargo, hay un gran trecho entre esto y obsesionarnos con que todo salga perfecto y, a su vez, quererlo controlar todo.

Esta obsesión nos puede dar respuesta a cómo saber si tienes agotamiento mental.

Y es que este tipo de conductas es también causa y efecto de la saturación mental.

Esto no es más que un desgaste de energía enorme porque no podemos controlar las cosas al 100% ni tampoco las cosas pueden estar perfectas, siempre hay cabida para la mejora.

Es un círculo vicioso importante que afecta tu energía y tu percepción de ti porque al final del día puedes sentir, además de desgaste, decepción.

Sabemos que esto no es algo que se deja ir de la noche a la mañana, pero es importante que vayas trabajando en esto poco a poco.

Una de las cosas que me funciona cuando siento fatiga mental, y cuando me veo muy encerrada en la perfección, es hacer cosas solo por diversión, dejando espacio a que salgan fatal y sin intentar controlarlo.

Esas cosas pueden ser colorear, pintar, practicar una actividad nueva, en fin, esta es solo una de las muchas maneras que hay para trabajar en esto.

Lo importante es dar pasos para trabajar en dejar ir esa expectativa de que todo lo que haces tiene que salir perfecto porque la vida es imperfecta por naturaleza y, por esta sencilla razón, todo lo que hagas tú, y cada uno de nosotros, va a tener un rasgo de imperfección y es importante que estés en paz con esto.

Da lo mejor de ti, haz lo mejor que puedas, busca la excelencia en todo lo que te plantees pero no te agotes a ti misma queriendo conseguir algo que no existe.

Otra cosa que es importante para trabajar en esto es darnos cuenta y agradecer todo lo que hemos conseguido y lo duro que hemos trabajado, que reconozcamos nuestras fortalezas y que nos abramos a recibir las críticas positivas también y los halagos que a veces nos cuesta aceptar.

No pierdas de vista disfrutar del camino y de cada una de sus paradas.

La felicidad no está en el destino final.

La felicidad no está en la perfección.

La felicidad está en cada cosa que haces.

Cansancio emocional ¿cómo superarlo?

Estoy convencida de que lo más poderoso que puedes hacer es cambiar tu comunicación contigo misma.

Escucha cómo te hablas a ti.

Seguramente no le hablarías así ni a tus amigos, ni a tu pareja, ni a un familiar a quien quieres mucho.

Entonces, ¿por qué exiges tanto y te hablas de esa manera a ti misma?

Me gustaría que pudieras reflexionar al respecto para que dejes de llevar la carga tan grande de la autoexigencia a tus espaldas.

Como tu teléfono necesita cargarse cada día, tú también lo necesitas.

Necesitas descansar.

Necesitas desconectar.

Necesitas nutrirte.

Necesitas divertirte.

Y no solo lo necesitas, lo mereces.

Reserva un espacio para hacerlo en la medida de tus posibilidades y cuídalo y protégelo.

Si tú no estás bien, no vas a poder seguir rindiendo en el trabajo, en la casa, no vas a tener energía para estar para los demás y dejarás de disfrutar la vida.

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Entonces, ¿cómo quitar el cansancio mental y cómo evitarlo?

  1. Prioriza las tareas.

  2. Delega y busca apoyo en tu equipo de trabajo, amigos y familia. No tengas la carga tú sola.

  3. Busca espacios para esparcirte y conectar contigo misma.

  4. No dejes de lado las conversaciones con otros, sobre todo aquellas que te nutren, te hacen reir o dejan cosas positivas en ti.

  5. No te cargues de todas tus preocupaciones. Conversalas con personas de tu entera confianza como tu pareja, amigos o un familiar. A veces nos pueden hacer ver las cosas de otra manera.

  6. Busca ayuda de tus superiores en el trabajo, si es eso lo que te tiene agotada mentalmente, y no temas expresar cómo te sientes. Un buen jefe o líder va a saber entender y ayudarte.

  7. Busca maneras sanas de liberar la tensión, como por ejemplo caminatas largas o alguna actividad física que disfrutes.

  8. Busca ayuda profesional. En mi caso, pongo a la orden mis servicios y programas de coaching siempre que lo necesites. Pero también puedes buscar ayuda psicológica o psiquiátrica si consideras que se ajusta mejor a tu situación particular. Es lo más valiente que puedes hacer por ti.

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