¿Cómo tener más compasión contigo y confiar en el proceso?

La compasión tiene mala fama.

Y es que se ha arraigado mucho la idea de que tener compasión con nosotros mismos es un signo de debilidad.

Piénsalo, ¿cuántas veces has sentido que tener compasión contigo significa no esforzarte lo suficiente o incluso ser floja o permisiva?

Por eso quiero dedicar esta líneas a acompañarte a hacer las paces con la compasión y para eso es importante saber qué es, qué significa, qué no es la compasión y, sobre todo, saber cuáles son esos trucos que te ayudarán a descubrir cómo tener más compasión contigo y confiar en el proceso.

tener-compasion-de-uno-mismo

¿Qué es la compasión?

La compasión es un sentimiento que se activa en cada uno de nosotros, o al menos en la mayoría, de forma natural cuando vemos a alguien pasar por un momento difícil o, por ejemplo, cuando vemos a alguien cometer un error o fracasar en algo que se había propuesto, especialmente en algo en lo que esa persona tenía toda su ilusión, pero que lamentablemente no resultó bien.

En estos momentos, muchos de nosotros tenemos un sentimiento desinteresado de querer ayudar a esa persona que está pasando por algún tipo de sufrimiento o una dificultad y, aunque no podamos ayudarle con cosas concretas, buscamos la manera de acompañarle en su proceso, de hacerle sentir mejor, animarle y apoyarle para que transite esta situación de una mejor manera.

Estoy segura de que has experimentado este sentimiento con tus amigos, familia, pareja, un compañero de trabajo y hasta con personas que ni siquiera son tan cercanas a ti.

Pero, ¿qué pasa cuando eres tú quien ha cometido un error o quien está pasando un momento difícil?

¿Qué te dices?

¿Cómo te tratas?

¿Por qué nos cuesta tener compasión con nosotros mismos?

Es asombroso ver cómo tener compasión con los demás puede ser tan sencillo y tan difícil con nosotros mismos.

Algunas veces pareciera que somos nuestros enemigos y que nos juzgamos, y nos machacamos, una y otra vez en lugar de ayudarnos a transitar también este camino de una forma más llevadera.

Hay muchos factores que nos pueden llevar a ser menos compasivos con nosotros mismos pero los más populares pueden ser:

  • Patrones aprendidos.

  • Creencia de que la compasión es debilidad.

  • Impaciencia con nosotros y nuestro proceso.

  • Tendencia a la obsesión por la perfección y el control.

  • Baja autoestima.

  • Poca aceptación del fracaso.

  • Venir de una crianza muy autoritaria.

  • Exceso de exigencia de parte de nuestros padres.

En fin, son muchas las razones que pueden dificultar transitar tus propios procesos con compasión y amor de ti para ti.

Aunque no lo creas, puede que tengas tan internalizada esta conducta que se te haga mucho más fácil estancarse en la culpa y en el reproche hacia ti misma que tomar distancia del hecho y reflexionar sobre cómo te sientes, validar tu sentimientos y continuar un camino sin culpa.

De esto se trata de compasión, pero no es fácil cuando no sabemos hacerlo ni por dónde empezar.

Entonces, ¿cómo ser más compasivo con uno mismo?

¿Qué NO es tener compasión?

Antes de adentrarnos en cómo tener compasión con uno mismo, me gustaría que quedara muy claro que NO es tener compasión.

Muchas veces se malentiende este término y se cree que es tener lástima de sí mismo, ser irresponsables y seguir como si no hubiese pasado, no aprender nada del error o del fracaso, ser demasiado permisiva, no tener límites…

Y no, nada más lejos de la realidad.

Mientras más clara tengas la idea de compasión, te vas a abrir a esta nueva práctica amorosa contigo misma.

¿Empezamos?

Aprende a tener más compasión contigo.

Pasos para tener más compasión contigo misma

como-ser-mas-compasivo

1. Deja de enfocarte en lo negativo

Tendemos a fijarnos en la parte negativa de nuestra vida, especialmente en lo que no hemos logrado, en las metas que nos hemos propuesto y no hemos alcanzado y en los planes que dijimos que íbamos a hacer y no hemos hecho.

Pero es importante que te detengas a pensar que quizás tus circunstancias de vida cambiaron.

No se trata de encontrar excusas, se trata de intentar observar tu vida desde un punto de vista menos dañino, autodestructivo e, incluso, realista.

Intentar jugar para tu propio equipo.

Evalúa con sinceridad las razones por las que no has conseguido esos objetivos, las circunstancias actuales de tu vida y compáralas con las del momento en el que te planteaste estas metas y, sobre todo, observa lo que sí has conseguido y todo lo que has logrado en la actualidad.

Esto te ayudará a tener una perspectiva más justa y saludable de tu vida y de quién eres.

LEER TAMBIÉN 5 beneficios de practicar el agradecimiento

2. Sé tu mejor aliada

Como te decía anteriormente, para tener más compasión contigo tienes que jugar para tu equipo.

Debes entender que es importante que te conviertas en tu mayor aliada en esta vida, ante todas las circunstancias y ante todos los obstáculos que se te presentan todo el tiempo.

¿Quién va poder acompañarte en todos estos momentos de tu vida si no eres tú misma?

Quizá tengas menos o más personas que te apoyen en la vida, pero el apoyo que realmente cuenta es el que te das tú misma.

Si tú no encuentras ese centro en ti y lo depositas en otras personas, estás cediendo una gran parte de poder sobre tu vida.

Es importante que le quites el peso a las otras personas de que sean ellos quienes vengan a tu rescate, quienes sientan compasión por ti y quienes deban validarte.

Sí, es bueno y necesario abrirnos a la ayuda y el soporte que nos pueda brindar nuestro entorno pero necesitas encontrar en ti misma la mayor fuente de fortaleza, compasión y amor hacia ti misma.

Y es que, de lo contrario, ¿qué va a pasar cuando esas personas no estén allí para ti? Obviamente te vas a sentir perdida.

Ahí radica la importancia de encontrar ese centro en ti. 

Para hacerlo, comienza por evaluar esas dimensiones de ti que consideras que necesitan ser cultivadas y comienza a trabajar en cada una de ellas, como identificar tus fortalezas y mejorar tu diálogo interno, para así conectar más contigo.

LEER TAMBIÉN 6 cosas que debes hacer para aprender a valorarte

3. Perdónate

Así como no debemos enfocarnos en lo que vemos como negativo en nuestras vida, es importante que nos demos la oportunidad de reflexionar al respecto y, sobre todo, de perdonarnos por las veces en las que las cosas no han salido como queremos.

La compasión viene desde el más profundo amor pero, sobre todo, desde el perdón.

Te invito a reflexionar en todas esas cosas que no te han salido bien y que han causado sufrimiento en tu vida y que aceptes que eres un ser imperfecto y que no solo te vas a equivocar sino que tienes todo el derecho de hacerlo.

Es importante que te observes desde afuera y te veas como un ser humano que ha cometido errores y que los seguirá cometiendo pero que siempre ha hecho lo mejor que podía con las herramientas que tenía, con lo que sabía hasta la fecha y con las circunstancias que había.

No es justo que juzgues a tu yo del pasado desde los conocimientos y habilidades que tienes hoy y que para la fecha no tenías.

Aceptarte como un ser imperfecto no te hace débil, el tenerte paciencia no te hace flojo y sentir compasión por ti mismo no es tenerte lástima.

Es saber que mereces tiempo, que así como las personas que amas están haciendo su mayor esfuerzo, tú también lo estás haciendo y eso es más que suficiente.

LEER TAMBIÉN ¿Cómo recuperar la calma cuando todo sale mal? 5 herramientas para volver a ti

4. Entiende que no debes demostrarle nada a nadie

Esa idea de querer seguir sin parar para demostrarle a otros que somos ambiciosos, que somos invencibles y que nunca nos rendimos es un hábito que nos aleja de la compasión por nosotros mismos.

Si tú quieres demostrar, a toda costa, que eres imparable, aunque por dentro estés rota, esto tarde o temprano te va a pasar factura y te dejará agotada mental, emocional y físicamente.

La única persona que tiene que saber que estás dando lo mejor de ti eres tú.

Tomarte un break no significa que te vas a rendir, significa que vas a reprogramar tu plan y que te estás regalando un poco de tiempo para reflexionar y tomar mejores decisiones.

Parar a veces es necesario.

Tomarte el tiempo para rediseñar tu plan o simplemente para descansar en medio del camino significa que eres capaz de acompañarte a ti misma en tu lucha, y eso es tener compasión contigo.

El impacto positivo que esto puede tener en tu proceso es inmenso porque la vida no es lineal.

A veces tenemos el 100% de energía para darlo todo y a veces tenemos un porcentaje menor.

Aceptar esto te va a dar el impulso que necesitas para seguir.

5. Acepta que la vida es imperfecta

Libérate de la idea de que va a llegar un punto donde tu vida va a ser perfecta y que los problemas van a desaparecer.

Así como es importante que hagas las paces con tu imperfección y que te perdones por ello, lo mismo debemos hacer con la vida.

Muchas veces se tiene una idea errada de que llegará un punto en donde todo será disfrute y no habrá nada negativo y muchas veces la presión que nos ponemos es porque queremos trabajar para que ese momento llegue y sigue sin llegar.

Esto nos lleva a la frustración y a creer que no estamos trabajando o luchando lo suficiente.

Es importante liberarse de esta carga y esto pasa por aceptar que la vida es imperfecta.

Tener más compasión contigo es aceptar que la felicidad no está en tener el carro del año, en tener más dinero ni cuando seas esto o aquello.

La felicidad está hoy y si no la sentimos en las pequeñas cosas del día a día, si no celebramos los esfuerzos que hacemos ahora, entonces seguramente no sentiremos la felicidad que esperamos cuando tengamos aquello que anhelamos.

La perfección total no existe y es importante que transites tu vida teniéndote paciencia, consideración y compasión para que el camino sea mucho más llevadero.

Siempre habrá inconvenientes, retos y problemas pero créeme que no se viven igual cuando sientes compasión contigo misma que cuando vives desde el reproche y la autocrítica.

LEER TAMBIÉN ¿Cómo dejar de pensar mucho en el futuro y empezar a crearlo en el presente?

Por favor, recuerda que eres suficiente y que todo es temporal.

Si algo quiero que te lleves de este artículo es que la vida te va a llevar a donde tienes que estar porque estás trabajando para ello y estás dando lo mejor de ti día a día pero debes reconocerlo tú, debes aceptar esto tú para que puedas continuar tu paso con amor, paciencia y compasión.

Mírate como mirarías a esas personas que tanto amas y que tanto merecen tu consideración, tu paciencia, tu tolerancia.

Solo aprendiendo a mirar con esos mismos ojos de amor y de compasión es que vas a poder sentirte liberada de esa presión que cargas de querer ser y que todo sea perfecto.

Te vas a equivocar una y mil veces pero también te vas a levantar.

Conoce y apóyate en tus fortalezas, en las cosas que ya has vencido en el pasado y no en esa en esa sombra o en esa vocecita negativa que siempre te dice que todo va a salir mal o que siempre te reprocha lo que no hiciste bien.

Tenerte compasión es eso, es acompañarte a ti misma en este proceso en el que todos estamos y del que todos estamos aprendiendo.

Si te cuesta ver hoy esa compasión hacia ti misma, si no eres ese apoyo que te mereces para ti misma, déjame acompañarte en mis sesiones de coaching personalizadas para darte aún más herramientas que te conviertan a ti misma en tu mayor aliada y compañía de vida.

Recuerda que todos vinimos a aprender en esta vida y que no eres la única persona que está intentando descifrar cuál es el camino correcto.

Hoy eres mejor que ayer.

Los errores y aciertos de ayer te hicieron mejor hoy.

Abraza tu versión de hoy y acompaña a tu versión de mañana.

Anterior
Anterior

¿Cómo hacer un vision board que funcione?

Siguiente
Siguiente

6 señales para saber si estoy saturada mentalmente y qué hacer al respecto