6 consejos para no perderse en una relación
En el pasado, muchas veces he dejado que la persona que realmente soy se pierda un poco cuando estaba en una relación de pareja.
Y aunque creo que, en cierto modo, es natural que suceda de forma parcial, no es sano llegar al punto de perder tu identidad por completo cuando estás en una relación.
De hecho, quisiera hacer un paréntesis para aclarar que no hay una cosa más maravillosa que ese lenguaje que se crea entre dos personas en una relación, un lenguaje que solo entendemos quienes estamos en esta relación.
Es bonito, es natural.
Es por eso por lo que este artículo no se trata de que esté mal tener esa otra dimensión o versión de nosotras mismas cuando estamos con esa persona especial porque es parte de esa historia que vamos escribiendo juntos en nuestra relación.
Lo que hoy quiero invitarte a que le prestes atención es a todas esas veces en las que has sentido que has dejado a un lado tu esencia simplemente por tu relación, en las que has intentado esconder partes de ti u opiniones que no crees que encajen demasiado con tu pareja o con su personalidad, en las que absolutamente todo lo que haces y cómo actúas está influenciado o condicionado por tu pareja y tu propia personalidad incluso se pierde en el proceso.
Si algo quiero que te lleves de este artículo es que es súper importante recordar que somos capaces de crear ese mundo paralelo o íntimo con nuestra pareja y, al mismo tiempo, seguir alimentando nuestro mundo anterior.
No se excluyen.
Por eso, hoy comparto contigo estos 6 consejos para no perderse en una relación que me han ayudado a no dejar que mi identidad, mi esencia como persona, se pierda al estar en una relación.
¿Cómo no perder la identidad personal en una relación?
LEER TAMBIÉN ¿Cuáles son los tipos de apego emocional?: Descubre el tuyo según tu crianza
1. Cultiva tus intereses particulares
Es normal que hagas y disfrutes haciendo cosas con tu pareja que no haces con otras personas, así como es natural que hagas cosas que le gustan a tu pareja y que no intentarías si no fuese por esa persona, como hobbies, deportes o aficiones.
No solo es completamente normal sino, además es entendible, porque forma parte de su mundo y, como pareja, queremos también ser parte de él.
Lo que es importante poner bajo el foco de tu atención y analizar es si solamente hay espacio para sus intereses o los intereses que tienen en común porque así es como se pierde la identidad personal.
Si no hay espacio en tu vida para seguir cultivando tus intereses individuales, tanto los que tenías antes de estar en pareja como los nuevos, entonces es momento de encender una alarma y trabajar en esto para que no pierdas tu identidad en esta relación.
Recuerda que es tu responsabilidad apartar tiempo para alimentar tus propios intereses y pasatiempos.
Te invito a tomar responsabilidad de esto un paso a la vez.
Si no sabes cómo hacerlo o necesitas ayuda para dar ese primer paso de conocerte, saber qué te interesa a ti de forma individual y cómo alimentar esos pasatiempos o partes individuales de ti, estoy a una llamada de distancia para que trabajemos juntas en ti, en tu autoestima, en tu poder personal y en tu crecimiento personal, el programa de coaching que más se ajuste a ti.
2. Sigue haciendo cosas por tu cuenta
El consejo anterior y este están muy relacionados, pero más allá de cultivar tus propios intereses, es importante que seas capaz de disfrutar tu tiempo a solas.
Yo sé que cuesta, especialmente al principio.
En mi caso, antes sentía que todo, absolutamente todo, tenía que ser con esa persona y, de hecho, era súper feliz si podía ver a mi pareja casi que las 24 horas del día que, obviamente, nunca era posible porque todos tenemos que trabajar y hacer otras cosas, pero, si hubiese sido por mí, yo lo hubiese hecho.
Y claro que, al principio, muchos nos sentimos así, y creo que es normal hasta cierto punto, pero siempre va a llegar el momento en el que nosotros necesitamos nuestro tiempo a solas.
Apartar ese espacio de individualidad es una acción que debe hacerse con intensión y de forma planificada para que pueda sostenerse en el tiempo.
Es un acto de amor propio para no perderse en esa relación y que debe prevalecer en cualquier etapa de la misma.
Sé que cuando se tienen hijos esto puede ser bastante complicado.
Sin embargo, vale la pena hacer el esfuerzo.
No se trata de tomar muchas horas del día, todos los días, vale con tomar un espacio del tiempo a la semana o al mes para hacer algo por y para ti.
Si está en tus manos y compartes la crianza de tus hijos con tu pareja, o puedes delegar su cuidado a tus padres o a alguien que pueda ayudarte con ellos, por un momento, intenta programar en tu agenda al menos una hora para ti a la semana o el tiempo que te sea posible para permitirte ser tú, para ser más que pareja y más que mamá.
Esto debe ajustarse a ti, a tu tiempo y a tu estilo de vida.
Lo que sí estoy segura es que el resultado es verdaderamente positivo para ti y verás fortalecida tu autoestima.
3. Nunca te olvides de que tu opinión es importante
Siempre atrévete a comunicar tu opinión, es uno de los recursos más poderosos que tenemos para fortalecer nuestra autoestima y la imagen que tenemos de nosotras mismas.
También es una herramienta muy eficaz para probar si puedes ser tú misma con tu pareja.
Cuando evitas la confrontación por miedo, te encuentras en una situación en la que prefieres no dar tu opinión, no decir lo que realmente piensas o lo que puedes evaluar de una situación concreta según tu criterio, y esto poco a poco va apagando tu voz y restándote poder.
Dejarte llevar por lo que tu pareja diga o piense, aunque no estés de acuerdo con eso, no beneficia a nadie porque afecta tu autoestima y le quitas la oportunidad a la otra persona, y a la relación, de enriquecerse con nuevos puntos de vista.
Es importante que recuerdes que siempre hay una buena manera de comunicar las cosas.
No se trata de imponer, se trata de poder expresar tu opinión con seguridad, de tener las puertas abiertas al debate, de ser capaz de valorar los distintos puntos de vista que tu pareja trae a la mesa y los que aportas tú, con tu valor individual, con tus conocimientos, con tu historia de vida, y sentir la libertad de compartirlo sin intentar imponerlo.
No tienes que pensar o ser igual a tu pareja, y la relación debe ser un lugar seguro para ambos.
Y si eso no es bien recibido por tu pareja, si siempre va a causar una confrontación, entonces quizá no estés en un lugar seguro para ser tú misma y es algo en lo que hay que trabajar, pero nunca permitas que el costo que debas pagar para mantener a alguien a tu lado sea tu silencio, sea la imposibilidad de expresarte con libertad, porque ese es un costo muy caro.
LEER TAMBIÉN Miedo a expresar mi opinión, ¿cómo puedo hablar con seguridad?
4. Respetar tus tiempos
Esto se refiere, sobre todo, a la toma de decisiones. A esos momentos en los que te preguntas, ¿estoy lista para dar este paso en mi vida?
Cuando estamos en pareja, muchas veces, estamos en la misma página y queremos más o menos las mismas cosas al mismo tiempo.
Sin embargo, inevitablemente siempre hay un momento en el que una persona está 100% lista para dar un paso importante, como mudarse de casa, de ciudad, hacer un viaje, tener hijos, casarse, en fin, para cualquier toma de decisión importante, mientras que la otra persona todavía tiene dudas o no lo ve tan claro.
Esto es absolutamente normal y no necesariamente indica que haya algo mal en nuestra relación.
Sin embargo, muchas veces para evitar conflictos o por miedo a que la otra persona piense que no le quieres, por miedo al rechazo o al abandono, entonces tendemos a suprimir nuestra voz interior que nos dice que no estamos listas aún y cedemos ante la presión o a la decisión del otro.
Y aquí hay varios problemas, uno de ellos es la repercusión grandísima que tiene a largo plazo para la pareja porque, a raíz de esta situación, suelen venir muchos reproches posteriores cuando la situación no vaya como se esperaba, cuando haya el mínimo momento de angustia o de incertidumbre.
Pero no solamente esto, la repercusión más grande es sentir que te fallas a ti.
Cuando tú no te escuchas, cuando no respetas tus tiempos, cuando no escuchas tu intuición, vas perdiendo la confianza en ti.
Y sin esa autoconfianza, poco a poco dejas de ser tú misma.
Además, siempre debe haber ese espacio en la pareja donde se pueda comunicar algún desacuerdo sin problema, donde puedas decir “no estoy lista” sin sentirte culpable y donde la otra persona pueda recibir esta información y entender que no siempre vamos a estar listos al mismo tiempo para dar un paso en concreto.
Lo que quiero decir con todo esto es que es crucial que, primero lo comuniques, y segundo que respetes tu tiempo y no tomes decisiones solamente para hacer feliz a otra persona.
LEER TAMBIÉN 8 señales de que no estás con la persona correcta
5. Cultiva siempre tus otras relaciones
Evidentemente para todos es diferente, hay personas que nunca han sido cercanas a sus familias o que no han establecido relaciones de amistad demasiado estrechas o cercanas, pero todos tenemos al menos una persona importante en nuestras vidas fuera de nuestra pareja; tu madre, tu hermana, tu prima, hermano, mejor amiga o el grupo inseparable de amigos de toda la vida.
La mejor manera de no perderse en una relación es alimentar estos vínculos externos.
Lo lamentable es que hay quienes se alejan de estas personas o dejan de darles espacio en sus vidas desde que tienen una relación de pareja.
Analiza si esto te puede estar pasando a ti.
Esto es un grave error del que a veces no nos percatamos porque es un cambio gradual, silencioso, que pasa inadvertido hasta que un día parece que, de la noche a la mañana, ya no está ese vínculo que solíamos tener con esa o esas otras personas.
Suele pasar, sobre todo, al principio de una relación que nos alejamos de nuestro círculo de amigos o familia porque queremos pasar la mayor cantidad de tiempo posible con nuestra pareja y pronto tu vida se convierte solamente en un universo donde existen tu pareja y tú.
Pero tu familia o tus amistades son parte de tu historia y merece la pena hacer un esfuerzo por mantener ese vínculo a través de un mensaje, una visita, un “te quiero”, una llamada, que toma poco esfuerzo o tiempo y que hace la diferencia.
Por favor, evita cometer el error de abandonar a tu familia o dejar de lado a los amigos por la pareja.
Ya sabes que es una bandera roja cuando la pareja nos separa de amigos y familiares.
LEER TAMBIÉN 6 características de una buena amistad: ¿Cómo tener una amistad saludable?
6. Nunca dejes de escribir tu propia historia
Nosotros los seremos humanos somos tan complejos, pero es tan fascinante ver cómo funcionamos.
Siempre hay, mínimo, tres versiones de tu historia:
· La primera es la forma en la que crees que los demás te ven.
· La segunda es lo que en realidad los demás piensan de ti.
· La tercera es lo que tú piensas de ti misma y el valor que le das a tu historia, a tu forma de ser.
Esa tercera parte de la historia es la más importante, es la que más energía necesita de ti.
Si te estás preguntando ¿qué es ser yo misma? Esa tercera versión es la respuesta.
La historia que tú estás escribiendo, la manera en la que te percibes, lo que tú te dices, es importante que se siga alimentando de forma positiva y que siga teniendo tu mayor atención.
Es importante que sigas preguntándote cómo ser mejor persona para ti y que te sigas superando.
Piensa en esto: siempre en una relación de pareja hay cosas que se deben trabajar y a las que hay que prestarle atención, de la misma manera en la relación que tienes contigo misma va a haber siempre espacio para la mejora y el crecimiento.
Eso es esencial.
La única manera de honrar esa conexión que tienes contigo misma es escucharte, es atender tus necesidades y prestarles atención.
Esto nos va a permitir ser una mejor persona para ti, para tu pareja y para todo tu entorno.
Si tú estás bien, si trabajas en entenderte y para conocerte mejor, tus relaciones, de cualquier índole, también estarán mejor.
Y ese es el mensaje que te quiero dar, que nunca descuides esa conexión contigo por nada ni por nadie.
LEER TAMBIÉN ¿Qué es el gaslighting?: Mi experiencia y cómo reconocerlo